Ganancia de Peso por Antidepresivos: Qué Medicamentos la Causan y Cómo Controlarla

Ganancia de Peso por Antidepresivos: Qué Medicamentos la Causan y Cómo Controlarla nov, 1 2025

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Recuerda

No dejes de tomar tu medicamento sin consultar con tu médico. La depresión no desaparece por sí sola.

Si estás tomando un antidepresivo y notas que tu ropa te queda más apretada, no estás solo. Más de la mitad de las personas que usan estos medicamentos a largo plazo ganan peso, y muchas veces no es por comer más o moverse menos. Es la medicina misma. No es un error personal, ni falta de voluntad. Es un efecto biológico real, documentado en estudios clínicos, y que muchos médicos aún subestiman.

¿Qué antidepresivos hacen que subas de peso?

No todos los antidepresivos son iguales cuando se trata de peso. Algunos casi no te afectan, otros te pueden hacer ganar varios kilos en pocos meses. Los más propensos a causar ganancia de peso son los antidepresivos tricíclicos (TCA) y la mirtazapina.

Entre los tricíclicos, amitriptyline, nortriptyline e imipramine están en la lista negra. Estos medicamentos, usados desde los años 50, actúan sobre receptores de histamina en el cerebro, lo que aumenta el hambre y ralentiza el metabolismo. La mirtazapina, aunque no es un TCA, comparte este mecanismo y es una de las que más peso hace ganar. En estudios, personas que la toman pueden aumentar hasta 5-7 kg en un año sin cambiar su rutina.

Los ISRS también pueden causar aumento de peso, pero no de inmediato. Al principio, muchos pierden peso porque el apetito disminuye. Pero después de un año, los receptores de serotonina se adaptan. El cerebro deja de responder como antes, y el hambre por carbohidratos se dispara. Paroxetina, citalopram y escitalopram son los ISRS con mayor riesgo. En un estudio de Harvard de 2024, quienes tomaron escitalopram durante dos años ganaron en promedio 3.6 libras (1.6 kg). La paroxetina, 2.9 libras (1.3 kg).

El duloxetine (un SNRI) también tiene un riesgo moderado. Pero hay una excepción notable: el bupropión. Es el único antidepresivo común que, en los primeros meses, ayuda a bajar de peso o al menos no lo hace subir. A los dos años, algunos empiezan a ganar algo de peso, pero apenas 1.2 libras (0.5 kg) en promedio. Eso es casi 200% menos que la escitalopram.

¿Por qué te hacen engordar?

No es solo que te dan hambre. Es un cambio profundo en cómo tu cuerpo procesa la comida y la energía.

La serotonina controla tu estado de ánimo… y también tu apetito. Al principio, los antidepresivos aumentan la serotonina, lo que puede hacer que te sientas más lleno. Pero con el tiempo, tu cerebro se acostumbra. Los receptores se desensibilizan. Y entonces, en vez de sentirte satisfecho, empiezas a anhelar pan, pasta, dulces. Es tu cerebro pidiendo carbohidratos para activar de nuevo la serotonina.

Además, algunos antidepresivos ralentizan tu metabolismo. Alteran la forma en que tu cuerpo usa la glucosa. Tu insulina se vuelve menos eficiente. Tu cuerpo almacena más grasa y quema menos calorías, incluso cuando estás en reposo. También afectan a las hormonas que regulan el hambre: suben la grelina (la que te dice que tienes hambre) y bajan la leptina (la que te dice que ya estás lleno).

Y hay más: tu genética juega un papel. Algunas personas tienen variantes en el gen CYP2C19, que afecta cómo su cuerpo descompone estos medicamentos. Si eres un metabolizador lento, el fármaco se queda más tiempo en tu sangre, y el riesgo de ganar peso sube.

¿Es el peso por el medicamento… o por mejorar?

Este punto es clave. Mucha gente que empieza un antidepresivo está deprimida, sin apetito, perdiendo peso. Cuando el medicamento empieza a funcionar, su ánimo mejora… y con él, su apetito. Entonces, ¿es el medicamento el culpable… o simplemente estás volviendo a tu peso normal?

La respuesta es: puede ser ambos. Un estudio de Harvard lo explica bien: “Muchos pacientes que ganan peso al tomar antidepresivos están recuperando el peso que perdieron por la depresión”. Eso no significa que el medicamento no tenga efecto. Significa que hay dos fuerzas en juego: la recuperación de la salud mental y los efectos metabólicos del fármaco.

Por eso, si subes de peso, no asumas automáticamente que es culpa del medicamento. Evalúa tu historia: ¿estabas perdiendo peso por la depresión? ¿Has cambiado tu alimentación o tu actividad física? ¿Cuánto tiempo llevas tomando el fármaco?

Cerebro ilustrado con neuronas que muestran el cambio en la serotonina y el antojo de carbohidratos refinados.

Cómo manejarlo sin dejar el medicamento

Dejar el antidepresivo por miedo al peso es uno de los errores más comunes - y más peligrosos. La depresión vuelve. Y cuando vuelve, el riesgo de recaída aumenta hasta un 50% si ya has dejado el tratamiento antes.

La buena noticia: hay formas de controlar el peso sin renunciar al medicamento.

  • Cambia de medicamento: Si estás en un TCA o mirtazapina, hablar con tu médico sobre cambiar a bupropión puede ser la mejor decisión. Incluso si no es el más potente para tu depresión, su efecto neutral en el peso lo convierte en una opción estratégica.
  • Añade metformina: Esta medicina, usada para la diabetes tipo 2, mejora la sensibilidad a la insulina. Estudios muestran que puede reducir hasta 3-5 kg en personas que toman antidepresivos y ganan peso. No es un “tratamiento para obesidad”, pero sí un aliado para contrarrestar los efectos metabólicos.
  • Prueba los agonistas del GLP-1: Medicamentos como liraglutida o semaglutida, que antes se usaban solo para diabetes y obesidad, ahora se están estudiando para este caso. En ensayos recientes, pacientes que tomaban antidepresivos y estos fármacos perdieron entre un 5% y un 7% de su peso corporal en 6 meses. Aún no son estándar, pero son una esperanza real.
  • Activa tu metabolismo: El ejercicio no es solo para quemar calorías. Caminar 30 minutos al día, 5 días a la semana, mejora la sensibilidad a la insulina y reduce el hambre. No necesitas ir al gimnasio. Caminar, subir escaleras, hacer tareas del hogar… todo cuenta.
  • Controla los carbohidratos refinados: Si tu cerebro te pide pan, pasta o dulces, no los ignores. Pero sí elige versiones enteras: arroz integral, avena, pan de centeno. Evita azúcares añadidos y harinas blancas. Son los que más activan el ciclo de hambre-antidepresivo-ganancia de peso.

¿Cuándo debes preocuparte?

Una ganancia de 1-2 kg en seis meses no es una emergencia. Pero si en un año subes más de 5 kg sin cambiar tu estilo de vida, es hora de actuar. También debes preocuparte si:

  • Te cuesta bajar de peso aunque comas poco y hagas ejercicio
  • Tienes presión alta, niveles altos de azúcar en sangre o colesterol elevado
  • Te sientes más cansado de lo normal, incluso con sueño suficiente

Estos son signos de que tu metabolismo está alterado. Y si no se corrige, puede llevar a diabetes tipo 2, enfermedad cardíaca o resistencia a la insulina. No es un “efecto secundario menor”. Es una amenaza real a tu salud a largo plazo.

Persona caminando en el parque con pastillas amigables que ayudan a controlar el peso al atardecer.

Lo que no debes hacer

No te saltes las dosis por miedo al peso. No te cambies de medicamento por cuenta propia. No te compares con otros. Lo que le pasa a tu vecina con la paroxetina no necesariamente te pasará a ti.

Lo que sí debes hacer: llevar un registro. Anota tu peso cada dos semanas. Anota qué comes, cuánto te mueves, cómo te sientes. Esto te dará pistas claras: ¿el peso sube cuando estás más estresado? ¿Cuando duermes menos? ¿Cuando comes más dulces? Eso te ayudará a distinguir entre el efecto del medicamento y otros factores.

Y habla con tu médico. No como un “problema molesto”, sino como un tema de salud. Dile: “Estoy tomando este medicamento porque necesito sentirme mejor. Pero también necesito proteger mi salud física. ¿Qué opciones tenemos?”.

La verdad que nadie te dice

La industria farmacéutica no te va a decir que algunos antidepresivos te pueden hacer engordar. Los estudios lo confirman, pero no se destacan en los folletos. Los médicos, a veces, tampoco lo mencionan porque no quieren asustar a sus pacientes. Pero tú mereces saberlo.

El peso no es un fallo tuyo. Es un efecto biológico. Y como todo efecto biológico, se puede manejar. Con información, con estrategia, y con un plan personalizado.

La depresión no es solo una enfermedad del ánimo. Es una enfermedad del cuerpo. Y tratarla bien significa cuidar tu mente… y tu metabolismo.

¿Qué antidepresivo causa menos ganancia de peso?

El bupropión es el único antidepresivo común que, en la mayoría de los casos, no causa ganancia de peso y puede incluso ayudar a perderla en los primeros meses. A los dos años, su efecto es neutral: apenas 0.5 kg de aumento en promedio. En comparación, medicamentos como la mirtazapina o la paroxetina pueden causar hasta 3-4 kg en el mismo periodo. Si el control de peso es una prioridad, el bupropión es la mejor opción entre los antidepresivos disponibles.

¿Puedo dejar de tomar mi antidepresivo si gano peso?

No. Dejar el medicamento sin supervisión médica aumenta el riesgo de recaída en un 30-50%. La depresión no desaparece por sí sola. Si el peso te preocupa, habla con tu médico. Hay alternativas: cambiar de medicamento, añadir metformina o ajustar tu dieta y ejercicio. Pero no lo abandones por tu cuenta.

¿La ganancia de peso es permanente si dejo el medicamento?

No siempre. Muchas personas pierden parte del peso ganado después de dejar el medicamento, especialmente si adoptan hábitos saludables. Pero algunos estudios sugieren que, en casos de uso prolongado, el metabolismo puede quedar alterado, incluso después de dejar el fármaco. Esto es más común si hubo exposición prolongada a dietas ricas en grasas y azúcares durante el tratamiento. Por eso, actuar temprano es clave.

¿Sirve hacer dieta para contrarrestar el peso por antidepresivos?

Sí, pero no basta con comer menos. La clave está en qué comes. Los antidepresivos activan el hambre por carbohidratos refinados. Por eso, una dieta baja en azúcares y harinas blancas, rica en proteínas, fibra y grasas saludables, es más efectiva que simplemente contar calorías. Además, el ejercicio regular mejora la sensibilidad a la insulina, lo que contrarresta el efecto metabólico del medicamento.

¿Es normal que mi médico no me avise de este efecto?

No es raro, pero tampoco es ideal. Muchos médicos asumen que el paciente ya lo sabe, o que el beneficio del medicamento supera el riesgo. Pero la ganancia de peso es una de las razones más comunes para dejar el tratamiento. Si no te lo han dicho, es tu derecho preguntar: “¿Qué efectos secundarios metabólicos tiene este medicamento? ¿Hay alternativas con menos riesgo?”.

Próximos pasos

Si estás tomando un antidepresivo y has notado un cambio en tu peso:

  1. Registra tu peso cada 15 días durante 2 meses.
  2. Escribe qué comes en un día típico: ¿hay mucho pan, pasta, dulces?
  3. Empieza a caminar 30 minutos al día, 5 días a la semana.
  4. Prepara una lista de preguntas para tu médico: ¿hay alternativas con menos riesgo de peso? ¿Podría probar metformina?
  5. No cambies tu medicación sin hablar con tu profesional de salud.

La salud mental y la salud física no son dos cosas separadas. Son la misma. Y cuidar una significa cuidar la otra.

8 Comentarios

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    Myriam Díaz

    noviembre 2, 2025 AT 12:46

    Yo perdí 8 kg con paroxetina y ahora me dicen que es por el medicamento? Jajaja qué risa, yo estaba viviendo en una caja de cartón antes, ahora tengo energía y hasta me gusta comer, no soy una máquina de quemar calorías.

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    Paola Hernández

    noviembre 3, 2025 AT 03:00

    ESTO ES UNA VERDAD QUE NADIE QUIERE OÍR. LA MIRTAZAPINA ME HIZO GANAR 12 KILOS EN 6 MESES Y MI PSIQUIATRA ME DIO UNA FOTO DE UNA MANZANA Y Dijo: “Tal vez deberías comer menos”. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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    Juan Velázquez

    noviembre 5, 2025 AT 00:50

    Claro, bupropión es la panacea… hasta que te da insomnio y te vuelves un zombie con ojeras de 3 días. Yo lo probé, me bajó 2 kg… y me volví incapaz de dormir más de 4 horas. ¿Y ahora qué? ¿Me quedo con el peso o con la insomnio crónico? 🤡

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    Gilberto Aarón Márquez Cortes

    noviembre 6, 2025 AT 14:53

    Me encanta que este post mencione el gen CYP2C19. Muchos no saben que su cuerpo procesa los fármacos de forma distinta. Yo soy metabolizador lento, y con escitalopram subí 5 kg en 4 meses… sin cambiar nada. Mi médico me dijo: “es normal”. No, no lo es. Es genética. Y nadie lo estudia. Por favor, pidan genotipado antes de recetar. 🙏

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    Florencia Cuenca

    noviembre 7, 2025 AT 23:37

    Es fundamental comprender que la ganancia de peso asociada a los antidepresivos no es un fenómeno trivial ni estético, sino un desequilibrio neuroendocrino profundo. La serotonina, como neurotransmisor clave, modula tanto el estado de ánimo como la homeostasis energética. La desensibilización receptorial con el tiempo provoca una disfunción en la señalización de saciedad, lo que activa vías de recompensa asociadas a carbohidratos refinados. Por ello, la intervención no debe limitarse a la restricción calórica, sino que requiere un enfoque multimodal: farmacológico (metformina, agonistas GLP-1), conductual (ejercicio aeróbico moderado) y nutricional (reducción de índice glucémico). La prescripción de bupropión debe ser individualizada, considerando el perfil sintomático del paciente. La salud mental no puede sacrificarse por la estética corporal, pero tampoco puede ignorarse la salud metabólica. Se trata de equilibrio, no de elección binaria.

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    Joany Hernandez

    noviembre 9, 2025 AT 14:13

    Gracias por este artículo. Es el primero que explica con claridad lo que me pasó. Mi médico nunca me dijo que la mirtazapina podía hacerme subir tanto. Ahora sé que no es culpa mía. Gracias por no juzgar.

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    JL Garcia

    noviembre 9, 2025 AT 22:32

    Interesante. Pero ¿alguien ha considerado que el verdadero problema es la medicalización de la tristeza? 🤔 La depresión no es una enfermedad química, es una respuesta racional a un mundo insostenible. ¿Y si lo que necesitamos no es más fármacos… sino una revolución social? 🌍💊

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    ana abate

    noviembre 10, 2025 AT 13:17

    La ironía más profunda de este texto es que, mientras se promueve la ‘salud metabólica’ como un imperativo ético, se ignora la ontología del sufrimiento psíquico. ¿Acaso la depresión no es, en su esencia, una negación del cuerpo? ¿Y si el aumento de peso no es un efecto secundario… sino una reafirmación biológica de la existencia? La medicina moderna busca controlar el cuerpo, pero el alma… el alma no se mide en kilos. Ni en insulina. Ni en GLP-1. El peso es solo el eco de una guerra más antigua: entre el ser y el deber ser. 🖋️🖤

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